lunes, 29 de julio de 2019

Abraza un olivo o una encina en la Jara

Al hilo de una publicación que ví en Facebook hace unos días, ayer decidí vivir la experiencia de abrazar un árbol. ¿Lo has probado alguna vez? Yo, te lo aconsejo. Me resultó tremendamente gratificante y sentí como su energía formaba parte de mi. Quizá os pueda parecer ridículo o una tontería o cosa de locos, pero en el momento del abrazo, cuando lo vives de una forma mágica, se establece una conexión especial que te une con la naturaleza.

Son varios los estudios científicos que hablan de los beneficios de abrazar árboles. Uno de ellos, publicado en el libro de Matthew Silverstone, Blinded by Science, dice que simplemente el hecho de estar cerca de uno, ya es beneficioso para nuestra salud, pero cuando los abrazamos cambia nuestra frecuencia vibratoria. Entre otras cosas positivas, alivia dolores de cabeza y mejora los síntomas que se producen con la depresión y la ansiedad.

También Svetlana Spitzberg, en su libro "Secretos de Longevidad y Rejuvenecimiento" nos recomienda sentarnos junto a un árbol con la columna bien pegada al tronco para rejuvenecer. Según ella, la energía que nos transmite nos quita 3 años de encima. Uoooh! ¿Puede haber un remedio más sencillo, económico y agradable como elixir de juventud?


Minas de Santa Quiteria
Las culturas milenarias consideran al árbol como una parte central de la vida en la Tierra y desde un enfoque evolutivo hasta los antepasados del ser humano los eligieron para vivir en ellos. Los árboles, por tanto, nos ayudan a conectarnos con la energía de la naturaleza y nos permiten relajarnos, fortalecernos y porqué no, sanarnos.

Jesús pasó horas orando en un monte de olivos, Buddha recibió la iluminación bajo una higuera. Los druidas eligieron como árbol fuente de sabiduría el roble, los cátaros, la acacia y los enamorados buscan el tilo y en la Jara buscamos la energía del olivo y el alcornoque, encina o chaparro, como le decimos por aquí. Estos dos árboles son los que predominan en la zona, sus raíces están aferradas profundamente a esta bendita tierra.

El olivo, tradicionalmente en la Jara ha sido fuente de riqueza y producción, la planta madre del aceite virgen, el oro de la Jara. Alonso de Herrera, agrónomo y escritor español y talaverano, allá por el siglo XVI decía que “este árbol es de mucha vida, que cuasi es sempiterno, y aunque muchos años le dexen sin labrar no peresce…y en retornando sobre él, él retorna sobre sí, y de viejo se hace nuevo, de enfermo sano, de estéril frutífero, de seco verde”. 

Olivar en  Buenasbodas
La energía del olivo es altamente beneficiosa, transmite una sensación de paz y serenidad, alimenta los circuitos mentales permitiendo que se equilibren y recuperen su ritmo natural. Si le abrazas, te sientas o te recuestas sobre su tronco sentirás su apoyo incondicional, como el de un viejo amigo.

El alcornoque y la encina o chaparro, primos hermanos de la misma especie, son árboles robustos, fuertes y muy protectores. Tienen grandes cualidades energéticas. Abrázalos cuando estés en baja forma física o con bajo estado de ánimo y te aportarán fuerza y seguridad.

Finalizo el post con una recomendación: Ven a la Jara, pasea entre dehesas, como la de Gargantilla o cualquiera de los olivares que recorren esta tierra de norte a sur, acércate a ellos, camina por ellos, elige tu árbol y pídele permiso para compartir ese instante. Recuéstate en él o abrázate a el, según lo sientas en ese momento y disfruta de la entrada de su energía en tu interior. Al finalizar no olvides agradecer a la naturaleza el hecho de vivir ese momento mágico que te ha permitido recargar las pilas.

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